Testimonios

Lucía Calvete Cáceres.

Quillota, Chile.

“Mi interés por la Danza empezó con otros estilos de baile, pero al querer aprender nuevas habilidades, comencé a tomar clases de danza árabe. Pronto esta disciplina se convirtió en mi favorita y en una gran fuente de alegría y satisfacción. La escuela me ha permitido seguir disfrutando de la danza y gracias a la paciencia y profesionalismo de Doris he aprendido muchísimo en un ambiente muy grato. La pasión por la danza árabe que ella transmite me incentiva a seguir mejorando hasta el límite de mis capacidades y a aprender la técnica correctamente, al mismo tiempo que fortalezco mi cuerpo, aprendo sobre la música, ritmos y la cultura árabe. Elegí la danza oriental como parte fundamental de mi rutina de acondicionamiento físico y de desarrollo personal, que espero continuar toda mi vida.”

Carol Ojeda Ojeda

Quillota, Chile.

“Amo bailar, es mi forma de expresión, liberación, me olvido de lo demás y encuentro mi propio mundo, siempre lo he hecho, pero cuando llegué a la escuela fue diferente, noté un compromiso y amor en cada clase entregada que no lo había visto en otros lados. Tenía miedo de hacer el ridículo, que se burlaran de mí debido a comentarios recibidos y situaciones vividas durante el tiempo que había bailado, pero aquí eso no me sucedió, siempre hubo disposición por parte de la profesora para ayudar, apoyar y a explicar cuando lo necesitara y así ese miedo lo fui perdiendo, no había encontrado un lugar que complementase todo lo que he querido y es realmente gratificante.
Las clases y los docentes son excelentes, he adquirido conocimientos de técnica que han ayudado a desarrollarme como bailarina y también he crecido personalmente, aprendí a aceptarme y a sentirme segura de mí. Conocí a personas maravillosas con las cuales puedo compartir momentos más allá del baile, muy buenas amistades en quienes puedo confiar, sé que tendré su apoyo y de apoco han formado parte fundamental en mi vida.”

Josefina Mondaca Ramírez

Catapilco, Chile.

“Llevo 10 años como alumna de la Escuela y creo que fue de las mejores decisiones que pude tomar. Para bailar sólo se necesita mover el cuerpo, pero para bailar danza oriental y llegar al punto de obtener todos los beneficios que esta danza puede entregarnos, es fundamental educarse con buenos guías y en Doris encontré los dos puntos más importantes para este camino: BASE DE LA INFORMACIÓN que se entrega, ya que una danza con historia y cultura no puede transmitirse sin conocer el origen (de buenas fuentes) y CALIDAD de la persona que está a cargo, importante que sus valores estén presentes en todas las actividades realizadas.
Comencé a bailar porque me enamoré de la música, los movimientos siguientes del ritmo y terminé amando mi cuerpo: respetar, conocer y entenderlo. Fui entendiendo y canalizando mejor mis emociones: transmitirlas de buena manera no sólo en la Danza, esto aplica a la vida cotidiana. Termine sintiendo un equilibrio entre mi cuerpo físico y mental. Por eso siempre he recomendado la Danza Oriental como una de las mejores terapias.”

Carola Molina Ampuero

Quillota, Chile.

“Siento que a través de este hobby que es para mí la danza, he conocido a una de mis mejores amigas y orgullosa de ella y sus logros (Doris Cerón). Además de compartir con otras amigas mas... he encontrado un hermoso grupo de lindas mujeres, como dice Doris: "lindas por dentro y por fuera", que en el camino de aprender, mucho más que a mover las caderas, también a moverme en la vida, a crecer como persona y a avanzar como bailarina, para seguir disfrutando de las bendiciones que Dios me entrega cada día... gracias Doris ¡Te quiero mucho! y cuenta siempre conmigo.”

Natalia Barrios Pacheco

Quillota, Chile.

“Encontré por redes sociales la escuela y de inmediato me llamó la atención, pero por mis propias limitaciones, no me inscribí. Pasé un año arrepintiéndome, hasta que tomé la decisión de matricularme. Desde el primer día de clases, me sentí muy acogida por todas y especialmente por la profesora Doris, teniendo la paciencia y dedicación para que pueda entender cada movimiento y lo que la danza árabe nos entrega. El tiempo que he permanecido en la escuela ha sido muy gratificante, he podido liberarme de mis creencias limitantes e integrarme a una hermosa comunidad. ¡Gracias por tanto!.”

Viviana Rivera Cabrera

Quillota, Chile.

“Hola, soy Viviana y tengo 9 años, entre a la academia de la tía Doris cuando tenía 4 años, desde ahí no he podido dejar de bailar la danza árabe, me apasiona su ritmo y liberar sentimientos. La tía Doris nos motiva a seguir aprendiendo cada vez más, nos ayuda a ver nuestras fortalezas, debilidades y nos enseña a superarnos en cada momento.
También nos ayuda a ver esta danza desde otra perspectiva, ya que para muchos puede parecer una danza para seducir, con ella aprendemos lo elegante que es. Ya son 5 años conociendo esta danza con la tía Doris y ojalá sean muchos más, además el compañerismo que existe es genial.”

Valeria Reyes Ruz

La Cruz, Chile.

“A mí, la danza me ha ayudado muchísimo en el desbloqueo del cuerpo, jamás pensé que podía mover las caderas o que tenia músculos “en la espalda”, en un comienzo sufría mucho con el dolor, pero ya tome el ritmo y ya no me duele.
Nunca pensé que yo podía bailar y tener una coreografía o crear una, he aprendido a crear, a reforzar mi memoria, he tomado la decisión de hacerlo y para activar mi memoria he tenido que aprender a concentrarme, ya que todo va ligado, una cosa se acompaña de otra.
También me siento feliz porque las clases, son mi espacio mi momento de hacer algo sin tener a los niños encima de mí, lo hago porque es mi elección y mi momento, eso me hace sentir segura y femenina, siento que este arte es demasiado sensual y por ende yo puedo ser sensual también.
Claro que en un comienzo era solo pasarlo bien y no tome mucho el peso de lo que significa y lo que me ayudaría, pero ahora como es Escuela me siento más motivada o mejor dicho con la responsabilidad de hacerlo bien y a veces eso me pone algo nerviosa; pero es mi elección como dije y no me arrepiento. Estoy aprendiendo a tener una postura más fina o elegante en el baile. Antes tenía mucho dolor de espalda, porque me paraba jorobada pero esta danza como tiene mucho ejercicio, me ha ayudado a tonificar esa zona de mi espalda, de verdad tiene muchas cosas positivas para la salud y para sacarse la vergüenza, el ver a mis compañeras bailar y viceversa me ha ayudado a superar el miedo, la vergüenza y la inseguridad, si me equivoco ya no me frustro porque sé que puedo hacerlo bien que me puedo superar eso es una gran ayuda psicológica.
Para mí fue un gran desafío, porque pensé que no tenía la capacidad de desbloquear mi cuerpo y ni bailar.
Cuando termino la clase, término feliz… me siento liviana como si hubiese sacado una carga de mi espalda. Me encanta esta danza porque es un arte, además de lindo y sensual, es muy conocido por el mundo entero muy difundido por todos lados "es historia"... con cariño, Valeria.”

Zelidette Rojas Soto

Santiago, Chile.

“En mi caso, las clases de danza oriental partieron como un pequeño desafío personal, primero para realizar una actividad física y para superar mis temores a la gente en masa.
En cuanto a la actividad física ha sido genial, siento que me da mucha energía, me permite desconectarme del mundo, del stress de mi trabajo como docente y pensar solo en mi, además de reducir mi peso y tonificarme.
Pero lo más importante para mí, ha sido el ir lentamente superando mis temores al ridículo. Si bien yo como educadora siempre tengo que estar expuesta a hablar en público, con mis alumnos no es ningún inconveniente, al contrario, me encanta la interacción con ellos, lo que me complica mucho es la interacción con los adultos; actos, reuniones de apoderados, consejos de profesores, etc.
De alguna manera el atreverme a bailar delante de tanta gente me ha servido mucho. Me encanta la danza oriental y mis clases semanales, me permiten soñar, sentirme más femenina y atreverme a hacer cosas que no me sentía capaz, incluso le he ido tomando el gustito y quiero aprender cada día más, y obviamente atreverme a bailar en muchos escenarios más.
Todo esto te lo debo a ti Doris, me encantan tus clases, son muy motivadoras y cercanas, ya que siempre nos escuchas, te preocupas por nosotras y nuestros intereses, además que bailas ¡¡¡increíble!!!!... ¡¡¡Gracias!!!.”

Adriana Ramírez Palma

La Calera, Chile.

“El participar en las clases de Doris fue muy gratificante para mi, pues me permitió la oportunidad de desarrollar increíbles habilidades motoras que eran parte del trabajo integral que ella impartía, en que se mezclaban la música, el baile y el movimiento y/o expresión corporal, lo cual hacía de la clase una propuesta distinta, entretenida y que cumplía cabalmente con los propósitos que me llamaban mucho la atención y los cuales busqué y encontré en sus clases: una interesante combinación de ejercicio físico y relajación a través del baile y la música árabe.
Destacar también que cada clase cumplía un objetivo distinto, lo que hizo muy amena la asistencia a ellas, permitiendo que el interés fuera permanente, teniendo claro que el aporte a mi vida saludable estaba totalmente logrado en las clases a las que asistí y las cuales extraño muchísimo, debido a que en mi ciudad no se pudo contar con la continuidad de las clases por el cierre del gimnasio al cual yo asistía. Yo feliz de poder tener la posibilidad de retomar esta hermosa actividad que tanto me aportó a mi bienestar físico y especialmente a mi bienestar emocional.
Todo lo mejor también fue, que los lazos afectivos y de amistad que se generaron en las clases de Doris, han continuado con mucho cariño y honestidad. En conclusión: ¡Una profesional de excelencia!.”

Bárbara Gutiérrez Parada

Santiago, Chile.

“A mí siempre me llamó la atención esta disciplina, pero realmente es más de lo que creía.
Desde que la practico soy una mujer diferente, activa, motivada, con más energía y por sobre todo poco a poco he descubierto un lado de mi que creo que estaba bien oculto, sobre todo con la maternidad, que más se esconde la sensualidad que la danza ha hecho florecer en mi. Cada vez que estoy en clases, me desconecto completamente del mundo y sólo me proyecto sintiendo la música y los maravillosos movimientos que aprendo cada clase.”

María Villalón Guajardo

Nogales, Chile.

“Desde hace mucho tiempo que me interesa la danza árabe, por lo cual cuando supe de las clases que estaban dando y me inscribí inmediatamente. Al asistir a la primera clase me sentí muy acogida por la profesora, lo cual me dio mucha confianza, pasando a ser las clases un momento en el cual me volví a reconectar con mi cuerpo, ya que por un periodo de estrés que estaba pasando por motivos de estudios me había desconectado de él, por ende este fue un espacio que me ayudo a reencontrarme conmigo misma, con mi interno, así como también me ayudo en lo físico ya que era el lugar para trabajar cada parte de mi cuerpo de una forma más motivante.
Además, en cada clase Doris me transmitía ese amor por la danza, tenía la paciencia y claridad de explicar una y otra vez si era necesario para que aprendiéramos una coreografía o un paso que no podíamos realizar. Respondiendo además a todas nuestras dudas e inquietudes, haciendo que el ambiente de la clase fuera lo más grato posible. Por último, esta experiencia en las clases fue lo que me llevo a decidirme a seguir perfeccionándome en la escuela de la profesora Doris.”

Nicole Villalobos Alegría

Santiago, Chile.

“El haberme inscrito a tomar clases de danza árabe, me ha ayudado a conocer facetas de mi, que no sabía que existían, he desarrollado más mi femineidad, mi estado físico y me preocupo más de mi salud.
El realizar presentaciones de lo aprendido en clases ha desarrollado más mi personalidad y autoestima. Cuando asisto a clases es un momento especial para mí, me olvido de mis preocupaciones y las disfruto. Agradezco haber encontrado a la profesora Doris Cerón, ya que además de ser una gran bailarina por sobre todo, es una gran persona.”